El perro, instintivamente, suele buscar un refugio donde sentirse seguro y poder descansar, y nunca lo hará en un lugar desconocido. Para ello necesita un lugar tranquilo, con objetos y olores que le sean familiares.
Lo primero que tenemos que hacer es que el cachorro asocie el transportín como algo positivo; para ello, le tiraremos algunas golosinas y juguetes dentro para que sea él quien entre a por ellas, y darle de comer dentro del transportín, pero con la puerta abierta inicialmente. Una vez se siente cómodo entrando y comiendo, empezaremos por cerrarle la puerta mientras come. Si le dejamos al perro la puerta abierta mientras está en casa, observaremos que es él quien por su propia iniciativa, acude al transportín para descansar un rato, ya que es como una guarida cubierta y se siente protegido.
Nunca debemos forzar al perro a
meterse en el transportín, pues es fundamental que el cachorro no lo relacione
con una experiencia desagradable. El perro nunca ha de verlo como una jaula, ni
como un lugar donde es confinado por haberse portado mal.
USOS
Educar al cachorro en sus conductas higiénicas:
La rutina de enseñar al cachorro a
que haga sus necesidades en la calle es un trabajo que, en muchas ocasiones, no
podemos ejercer por falta de tiempo.
Teniendo en cuenta que el cachorro
nunca orina ni defeca en su lugar de descanso, podemos confinarlo en el
transportín durante un breve espacio de tiempo, mientras estamos ocupados en
otras cosas.
El perro destructor
Muchos perros, por ansiedad, por
aburrimiento o, en el caso de los cachorros, por el cambio de dentición, se
dedican a morder todo lo que encuentran cuando se quedan solos en casa.
Cuando tenemos un perro que
presenta este problema, debe buscarse la causa de este comportamiento y pedir
asesoramiento a un profesional. En muchos casos, el transportín puede ser un
complemento que nos ayudará en el tratamiento y en el control de la conducta
destructiva del perro.
Viajar
El transportin también es un
artículo indispensable para acostumbrar al perro a permanecer tranquilo en los
desplazamientos que podamos realizar.
En el caso del coche, evitamos
que salte de un asiento a otro, nos
moleste mientras conducimos, o que ladre cuando vea algo por la ventanilla.
Si somos propensos a viajar con
nuestra mascota a menudo, lo ideal es que el perro esté acostumbrado a su
propio transportín, ya que uno desconocido puede poner nervioso al animal.
Para viajar en barco y en avión es
obligatorio. En el caso de los animales pequeños, muchas compañías aéreas
permiten que viajen en cabina.
Si acostumbramos a nuestras
mascotas a permanecer relajadas en su transportín, podremos viajar con más
tranquilidad.